Antorchos entre gritos y miseria, respaldan a Osvaldo por un pau pau y una torta

Y los antorchos volvieron a salir a las calles. Desquiciaron el tránsito vehicular como es su costumbre. Ahora le tocó el turno a las arterias que circundan la ave. Reyes Heroles allá por los rumbos del Tricolor. Antes de las cuatro… “no menos” como diría aquél desde las cinco de la tarde ya estaban apostados contingentes de familias enteras acarreadas al estilo Antorcha-PRI para vitorear y alentar a su líder, Osvaldo Ávila, quien busca la reelección de la diputación por el IV Distrito Electoral. Ya con su “pau pau” y su torta las familias antorchistas con bebés e infantes se hicieron presentes al registro de la precandidatura de Ávila Tiscareño que busca una vez más ocupar una curul en el Congreso local.

El contingente de cientos de acarreados antorchos con bandera roja al ristre se ordenó o los ordenaron primeramente a un costado del Zig Zag, para después trasladarse al edificio de la sede priísta, donde se realizaría el registro anhelado, buscado y acariciado por Osvaldo Ávila una vez más. Aquellos gritones eufóricos y a veces descompasados muy a tono con la desganada tambora, simulaban se lanzaban a una toma más: Sedesol, Palacio de Gobieron o cualquier otra dependencia que no cumpliese sus caprichos.

Ya en la sede del CDE del PRI, aquello se volvió por momentos un caos, a no ser por los agentes de tránsito que una y otra vez, resguardaron al desperdigado contingente que solamente esperó el registro y se diluyó, se fueron tras escuchar la consabida perorata incendiaria del líder precandidato que una y otra vez exaltaba la unidad tricolor y la de sus compañeros diputados. Las últimas sombras de la parada antorchista se fueron envueltas en algodones dulces y miseria quejumbrosa de siempre y ahora “qué hacemos… ”

 

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