EN PEÑASQUITO NO HAY MISTERIO; SE TRATA DE ALGO MÁS QUE CENTAVOS

CAÑADA POLÍTICA

oPINIÓN

                                                                              “No ganes el mundo y pierdas tu alma; la sabiduría es mejor que el oro o la plata”.

(Robert Nesta Marley)

 

Por Miguel Ángel Reyes

Quién lo diría, lo que hay que ver y seguramente lo que nos falta: una bella dama que una vez quiso -y para eso participó- ser diputada local; se cobijó bajo el signo del PT, presumió su filiación de izquierda –bueno eso decía, en aquellos años-; la recordamos trajinando las calles de colonias populares, tocando casa por casa llevando su oferta política, reivindicando las demandas de los miles de desposeídos, peticiones por demás elementales como contar con drenaje y luz eléctrica, banquetas y pavimentos y, sobre todo, AGUA, un derecho elemental para el ser humano.

Pues bien, cuál ha sido nuestra sorpresa que la otrora “luchadora social” Doris Vega, una de las organizadoras de que la empresa minera Peñasquito, hoy bloqueada por ejidatarios y transportistas, insiste sin tapujos que se le reprima y encarcele, porque ése es su modus operandi.

La minera Newmont Goldcorp, como los mafiosos, usa recursos económicos, el chantaje, para comprar conciencias de políticos, generalmente corruptos y de baja estofa. Así que no es extraño que en días pasados dicha luchadora social, hoy vocera de esta empresa, llevara a cabo en las afueras de la sede de la legislatura local, una manifestación, que tenía cierto tufillo a cieno.

El propósito según se leía en algunas cartulinas, era la exigencia de libertad laboral o, decían otras, el derecho al trabajo, bajo lacrimosas demandas, dignas de cualquier pésima telenovela y con malos actores, buscaban conmover a los paseantes, curiosos y/o periodistas.

Se sabe que la minera Peñasquito como todas las empresas que desarrollan su trabajo a cielo abierto, son una verdadera calamidad, y provocan daños irreversibles al medio ambiente; es decir, a la naturaleza que ésta tarda cientos de años para recuperarse. Y una de las desgracias más marcadas es el uso desmedido del agua, elemento vital y tan indispensable en las zonas del semidesierto que terminan por agotarla y, la poca que queda, la contaminan no sólo con metales pesados, sino con arsénicos y ácidos que provocan enfermedades graves y mortales, con todas las consecuencias sabidas.

Uno pensaría que lo que habría que defender en principio y que no se modificará para mal la única casa que tiene el humano y que es justamente la naturaleza; pero bueno, como luego el desarrollo económico en un sistema rapaz como el que padecemos obliga a desempeñar acciones pueriles, queda defender en lo posible el menor daño posible; creo esto se conoce como industria limpia, pero donde no hay pretexto alguno para alguien que se presume con conciencia social es la defensa por que los habitantes de las comunidades adjuntas al centro donde se lleva a cabo la depredadora labor, no les agoten y les contaminen el vital líquido.

Por eso nos llamó la atención que la señora Vega, con ese pasado de estar ligada a la izquierda y de mantener una estrecha relación de años y de familia con un actor político de gran presencia nacional como lo es su paisano el senador Ricardo Monreal, quizás alguien debería decirle a éste, que hiciera uso de sus buenos oficios para que la luchadora de izquierda Doris Vega no funja como criada de la minera.

Lo adecuado sería que estuviera en la lucha, pero al lado de los pobres; ojo: primero los pobres por su derecho al agua, la salud la educación y un muy justo pago por la explotación que hacen gringos y canadienses de sus tierras. Y conste, no hay dinero que justifique el enorme perjuicio que dejan las mineras.

Esta vocera hoy muestra el cobre; ella que no tiene una especialidad en química, biología o alguna sensibilidad humanística, persigue que la minera siga depredando a costos brutales, pero lo que ella persigue sin sentir ningún empacho es dinero; creerá en su poca visión que eso la salvará de las consecuencias del brutal daño que se le infringe a el medio ambiente.

Sin embargo, es fácil saber que ella busca dinero, por eso basta para acallar su pobre conciencia de izquierda. Es válido para cualquier persona tener un trabajo bien remunerado, más aún, en éste estado donde los salarios son de los más bajos a nivel nacional, pero el ver encabezando a dicho personaje las demandas de una serie de personas que vieron pagadas y acarreadas por una empresa explotadora, muestra de cuerpo entero el perfil de esta señora, inevitablemente hoy domesticada por un tal Michael Harvey…

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