Es la locura

Pedro de León Mojarro se ha convertido para sí mismo en un estigma, pretende ser gobernador, aún y cuando ha perdido posiblemente la última de sus batallas. Lo que no se entiende es cómo sigue pretendiendo coptar decisiones partidistas más allá de su ámbito de liderazgo.

Para quienes no conocen a Pedro de León podríamos decirles que es bonachón, cae bien, es buen conversador pero desafortunadamente la vida no le ha dado el premio que más pretende que es la gubernatura de Zacatecas.

Estando en la Secretaría General de gobierno, en la época de los en ese entonces perredistas, encabezados por  Ricardo Monreal Avila, pretendió pensar que desde esa posición por un mes, podría lograr la hazaña, contra el alfil de Ricardo en aquel momento, Tomás Torres Mercado pero ambos, no pudieron contra Amalia García Medina.

Terminado el sexenio de Amalia García, Pedro se volvió a sacrificar, ésta vez con gusto por su cuñado Miguel Alonso Reyes, ganó pero a través del Partido Revolucionario Institucional (PRI), donde ha sido todo lo que quiso ser, menos gobernador.

Pretendía una herencia que por derecho le correspondería, después de haberse sacrificado por su cuñado y haber trabajado para lograr que Zacatecas la gobernara los Alonso de León o De León Alonso, finalmente la balanza no fue a su favor y se tuvo que ir del PRI.

Antes tuvo que luchar contra los alfiles de Miguel Alonso, Alejandro Tello, Carlos Peña, Roberto Luévano y el hijo de José Bonilla Robles, Adolfo Bonilla, mejor conocido como Fito.

En el PRD, pretendía al igual que en el PRI, que le rindieran pleitesía, que le suplicaran que fuera su candidato, no fue de esa manera, todo lo contrario. Los perredistas se vieron traicionados por el gobernante que provenía del PRD, con los que tuvo trato y diálogo, negociación que también se estableció en el gobierno federal con el famoso Pacto por México, encabezado por el PRI y teniendo como socios al PRD y al PAN.

Los desencuentros sobre las reformas hicieron que se distanciaran pero Pedro siguió promoviendo esos esquemas priístas a favor del candidato a la presidencia de la república por el PRI, Enrique Peña Nieto. Proporcionalmente le dieron al estado el estatus de territorio priísta.

Condicionante la anterior para que entrando al Partido de la Revolución Democrática (PRD), fuera despreciado por una parte y abrazado por la otra parte, por la que sigue negociando con el poder público en México y en Zacatecas.

Pedro se ha creído de todo lo que le cuentan sus amigos perredistas, desde el dirigente Arturo Ortíz Méndez, hasta Camerino Eleazar Márquez Madrid, José Narro Céspedes, entre otros, todos ellos, dirigentes de corrientes partidistas pero también parece que no trabajaron en lo fundamental que era ganar el Consejo Político Estatal, que se convertiría a la postre en Consejo Electivo.

En lugar de ello, se dedicaron a hacer política partidista interna, muy interesante, muy avasalladora y muy grande por las diferentes corrientes que conformaron el frente de Pedro de León pero que no trabajaron en lo jurídico legal y esa tarea, la del Consejo Político Estatal, la dejaron descuidada y a la postre fue su perdición.

En contra de las decisiones de las corrientes, Rafael Flores Mendoza tenía el Consejo Político Estatal en sus manos, a través de Miguel Torres, de Edith Ortega, de Iván de Santiago, de Claudio López Simental y de muchos otros que permanecieron agazapados para dar el golpe fatal a las diferentes tribus que apoyaban a Pedro de León.

Desde antes se sabía que iba a ganar Rafael, después de haber convencido a Miguel Torres y al mismo José Narro Céspedes, porque juntos tendrían mayoría relativa y mayoría calificada en caso de ser necesario pero al recular José, también llamado El Tigre, la situación se tensaba, no lo suficiente para romperse pero a final de cuentas se tensaba.

Posiblemente no ganen mucho, pero entrenados a la lucha frontal los perredistas, aliados con los panistas se acercan a la batalla final de su sobrevivencia como partidos políticos y eso fortalece mucho más las expectativas porque tienen mucho que ganar y muy poco que perder, si acaso la sanidad mental

.pedrina

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